La Hacienda de Guadalupe es un edificio que aún conserva mucho de su construcción original. Por su hermosura y majestuosidad la hacen distinguirse desde la carretera San Marcos-Guadalajara.

Cuenta con su propia capilla; la cual está muy bien adornada y decorada, lo cual la hace lucir muy bonita; cuenta con cuartos, jardín, bodegas, baño, estatuas...

Antiguamente esta hacienda pertenecía a Españoles hacendados, su territorio abarcaba grandes extensiones de tierra a todo su alrededor; era autosuficiente como todas las haciendas de su época; las principales actividades que se realizaban eran la agricultura y la ganadería. Se sabe que poco después pasó a manos de la señora Severiana de Martínez, quien después la heredó a su hijo José Martínez; actualmente pertenece a un sacerdote.